Beneficios sociales de la fiscalidad
La política fiscal es el uso del gasto público y los impuestos para influir en la economía. Los gobiernos suelen utilizar la política fiscal para promover un crecimiento fuerte y sostenible y reducir la pobreza. El papel y los objetivos de la política fiscal cobraron importancia durante la reciente crisis económica mundial, cuando los gobiernos intervinieron para apoyar los sistemas financieros, impulsar el crecimiento y mitigar el impacto de la crisis en los grupos vulnerables. En el comunicado posterior a su cumbre de Londres de abril de 2009, los líderes del Grupo de los 20 países industriales y de mercados emergentes declararon que estaban llevando a cabo una «expansión fiscal concertada y sin precedentes». ¿Qué querían decir con expansión fiscal? Y, más en general, ¿cómo pueden las herramientas fiscales dar un impulso a la economía mundial?
Históricamente, la importancia de la política fiscal como herramienta política ha tenido altibajos. Antes de 1930, prevalecía un enfoque de gobierno limitado, o laissez-faire. Con la caída del mercado de valores y la Gran Depresión, los responsables políticos presionaron para que los gobiernos desempeñaran un papel más activo en la economía. Más recientemente, los países redujeron el tamaño y la función del gobierno, y los mercados asumieron un papel más importante en la asignación de bienes y servicios, pero cuando la crisis financiera mundial amenazó con una recesión mundial, muchos países volvieron a una política fiscal más activa.
Inversiones en seguridad social
Este año, el Departamento emprenderá varias iniciativas para apoyar lugares de trabajo seguros y saludables en la jurisdicción federal. Trabajaremos para que la salud mental sea un elemento específico de la salud y la seguridad en el trabajo mediante medidas políticas y el intercambio de mejores prácticas y herramientas. Además, pondremos en marcha regímenes proactivos de equidad y transparencia salarial, y lanzaremos una revisión de la Ley de Equidad en el Empleo. Estas iniciativas contribuirán a crear lugares de trabajo más equitativos, diversos e inclusivos, en los que los trabajadores puedan aprovechar al máximo sus capacidades y experiencia. Esto es bueno para los trabajadores, sus familias y la economía canadiense. Mejorar el servicio a los trabajadores canadienses está en el centro de las actividades del Programa y, entre otras nuevas iniciativas, la unidad de innovación del Programa de Trabajo pondrá a prueba un programa para proporcionar un código legible por máquina de la normativa sobre horas de trabajo para mejorar la eficiencia de la gestión del tiempo en la industria del transporte.
Todos los canadienses deben tener la atención que necesitan, cuando la necesitan. La pandemia dificultó el acceso de los canadienses pertenecientes a grupos marginados al apoyo de las organizaciones comunitarias cuando más lo necesitaban. Seguiremos apoyando a las comunidades y a las organizaciones sin ánimo de lucro a través de programas como el Programa de Asociaciones para el Desarrollo Social.
Asistencia social
Cuando comenzó la Gran Depresión, unos 18 millones de ancianos, discapacitados y madres solteras con hijos vivían ya con un nivel de subsistencia mínimo en Estados Unidos. Los gobiernos estatales y locales, junto con las organizaciones benéficas privadas, ayudaron a estas personas. En 1933, otros 13 millones de estadounidenses se habían quedado sin trabajo. De repente, los gobiernos estatales y locales y las organizaciones benéficas ya no podían proporcionar ni siquiera una ayuda mínima a todos los necesitados. Se produjeron disturbios por alimentos. Aumentaron los abandonos de maridos y padres. Las familias sin hogar de las ciudades vivían en parques públicos y barrios de chabolas. Los tiempos desesperados empezaron a poner en tela de juicio la vieja noción estadounidense de que si un hombre trabajaba lo suficiente, siempre podría cuidar de sí mismo y de su familia.
El efecto de la Depresión sobre los niños pobres fue especialmente grave. Grace Abbott, directora de la Oficina Federal de la Infancia, informó de que en la primavera de 1933 el 20 por ciento de los niños en edad escolar del país mostraban indicios de mala alimentación, vivienda y atención médica. Los presupuestos escolares se redujeron y en algunos casos las escuelas se cerraron por falta de dinero para pagar a los profesores. Se calcula que unos 200.000 niños abandonaron sus hogares para vagar por las calles y mendigar debido a la mala situación económica de sus familias.
Fondos de la seguridad social
Seguiremos garantizando que todos los trabajadores tengan la seguridad y la estabilidad que merecen. Intentaremos introducir cambios a largo plazo en nuestro sistema de Seguro de Empleo para que responda a las necesidades de los trabajadores de hoy y del futuro. Al modernizar el sistema del Seguro de Empleo para adaptarlo al siglo XXI, responderemos mejor a las necesidades tanto de los trabajadores como de los empresarios. En el futuro, podremos garantizar que todos nuestros servicios y prestaciones lleguen a los canadienses, independientemente de su lugar de residencia.
La actual escasez de mano de obra sigue poniendo de relieve la necesidad de crear una mano de obra sólida y cualificada. Se necesitará tiempo para que los trabajadores desempleados pasen a tener oportunidades de trabajo en nuevos sectores y para que las cadenas de suministro mundiales amplíen su capacidad y solucionen la escasez actual. Por eso estamos poniendo en marcha nuevas iniciativas para ayudar a los canadienses a adquirir las competencias que necesitan. Por ejemplo, el nuevo Programa de Soluciones Sectoriales para la Mano de Obra pondrá en contacto a los canadienses con la formación que necesitan para conseguir buenos empleos en sectores en los que los empresarios buscan trabajadores cualificados.